domingo, 10 de diciembre de 2017

La muerte de Oscar Wilde

Wilde murió (tras un mes de enfermedad final, al parecer terrible en sus últimos momentos) a la 1.50 del mediodía del 30 de noviembre de 1900. Dos científicos de la Universidad sudafricana de Ciudad de El Cabo, Ashley Robins y Sean Sellars, acaban de asegurar -con motivo del centenario de la muerte de Wilde-  que, atendiendo a cuanto sabemos, Oscar murió de una meningoencefalitis, resultado de una otitis crónica mal curada y agravada por una caída durante su estancia en la cárcel. No a resultas de una supuesta sífilis, como tanto se dijo. Bosie Douglas -lo sabíamos- no llegó a ver su cuerpo yacente, pero pagó el funeral. Maurice Gilbert -el gentil y dudoso muchacho-, que acudió al entierro y ese funeral en Saint-Germain-des-Prés, sacó una foto de Wilde, amortajado, en su lecho de muerte. Los que ven hoy esa foto del hombre en reposo eterno, vagamente adornado de laureles, y leen el nombre de su autor -Maurice Gilbert- no suelen saber que el chico era un chapero.


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